El Poder del Acompañamiento Psicoterapéutico
La psicoterapia requiere de una persona entrenada en el arte del acompañamiento y conducción de los procesos de crecimiento que han estado limitados en mayor o menor medida por conflictos neuróticos, la mayoría de las veces muy dolorosos. En ese sentido, la psicoterapeuta María Eugenia Luckert, explica que todo este procedimiento debe llevarse con ética, que a su juicio es una reflexión interna y asimilada por cada individuo (nunca impuesta) en cuanto a la ejecución de su libertad, en su dinámica y relación con otros igualmente libres, lo cual implicaría una amplia conciencia de sí mismo, de la inviolabilidad de la persona, la autonomía personal y la dignidad de cada ser humano. En el mismo orden, detalla que la formación implica aprender a mirar hacia fuera (el proceso del paciente) pero también involucra haber mirado primero hacia adentro, los propios procesos de autoconstrucción del ser a través de la de la conciencia; para que en esa interrelación entre ambos, los dos puedan crecer hacia la autorrealización. Dado lo delicado que es acompañar a otro sin entorpecer su proceso de crecimiento, sin darle y mucho menos imponerle pautas de comportamiento, Luckert indica que es necesario para el desarrollo personal y de la inteligencia emocional contar con el acompañamiento de un especialista en el área que haya sido formal y responsablemente preparado. Señala que como profesionales, los facilitadores deben estar conscientes de los siguientes hechos:
El hombre lucha para alcanzar la superioridad.
Auto-realizarse a través de la creación artística de un estilo de vida propio, una vez que nos sentimos seguros.
La personalidad surge de la influencia de fuerzas personales (satisfacción de necesidades) y sociales.
El hombre es capaz de desarrollar y utilizar sus potencialidades de una manera libre y razonable como un modelo para orientarse en la vida hacia uno mismo y hacia los demás.
Respetar al individuo que está al frente como un ser humano con iguales derechos que el psicoterapeuta y no como una proyección de sus propios deseos.
Todos somos libres y debemos responsabilizarnos por las decisiones que tomamos.
La comunicación es con y por los demás, para lo cual es necesario que seamos diferentes.
El sentido de la vida es que debe ser vivida.
Respondemos en nuestra relación con el entorno de acuerdo a nuestros viejos aprendizajes, aunque podemos cambiar y tener un encuentro más congruente y exitoso con los otros.
Somos parte de un sistema que afectamos y nos afecta en constante comunicación.
Luckert explica que el terapeuta y el paciente tienen el mismo derecho a buscar su crecimiento, a definir su plan de vida, a poner el ritmo de su avance en la vida y a escoger el camino que considere conveniente. Por eso, aclara que el facilitador no debe realizar actos en perjuicio de otro ser humano, amparado bajo el manto de un título; sino acompañar al otro, con la maestría que requiere proveer herramientas para el proceso de descubrirse a sí mismo y desarrollar sus potencialidades.

María Eugenia Luckert Psicoterapeuta Telf.: 0241-8421531 0424-4999792 meluckert@yahoo.com