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Otra Secuela de la Pandemia

Es evidente para todos, la crisis económica que se ha derivado de la pandemia. Digo que se ha derivado, porque es una de las consecuencias de que siempre estamos interconectados, formando parte de un gran sistema, donde un cambio en uno de los elementos, cambia a todo el sistema. Lo diferente es el tiempo que se lleva el proceso. Yo estoy segura de que la pandemia es el feedback o retroalimentación que recibimos como resultado de los procesos productivos y de consumo que llevábamos todos los seres humanos, deteriorando cada vez más nuestro entorno humano y de la naturaleza en general.


Este capítulo de nuestra historia, empezó con un contagio por un virus en Wuhan, China, pero no es el capítulo inicial, esto es una consecuencia de acciones del pasado que se fueron acumulando, independientemente de las diversas teorías que hay sobre el origen del primer contagio.

Volviendo al inicio del primer contagio, capitulo actual del deterioro que veníamos viviendo y acumulando, imaginemos que sí fue una persona que consumió un animal que contenía el virus y se contagió, y 5 meses después, muchos países, por no decir todos, tienen el sistema de salud colapsado, el comercio enlentecido, el producto interno bruto bajando y una población desempleada creciente; esto por hablar solo de algunas consecuencias, pero si seguimos observando la red, encontraremos que todo, absolutamente todo, está afectado; para bien, como el caso de la naturaleza o de algunos negocios tales como las plataformas online que aumentaron sus servicios e ingresos, los mercados de alimentos o medicamentos; o para mal, como las pequeñas empresas que han tenido que cerrar, el sistema de salud desbordado y sin recursos físicos para la atención, o los fallecimientos; pero todo está afectado, porque somos un gran sistema, todos y todo esta conectado.


Son muchas las preocupaciones que tenemos los ciudadanos de todos los países con la pandemia, y no es para menos, pero quizás las dos más fuertes que compartimos la mayoría son: 1.- la posibilidad de contagiarnos con el virus, sin saber cómo sería el final en nuestro caso, y 2.- la pérdida de los trabajos, de la fuente de ingresos, lo cual es más grave cuando hay personas que dependen de nosotros.

En cuanto al primer punto, posibilidad de contagiarnos, no hay otro camino que la prevención hasta que aparezcan la cura definitiva y la vacuna, es decir, el cuidado de lavarnos las manos con frecuencia y usar estrictamente el tapa-boca, adicionalmente mantenernos fuertes con buena alimentación, ejercicios, meditación y dormir bien y profundo.


Con relación al segundo punto, la realidad de la pandemia es inevitable, es un hecho, está ahí, el virus existe y es altamente contagioso y en algunos casos letal, pero también es cierto que el mundo no se ha parado, cambió la proporción de sus polaridades, pero sigue dando vueltas, cambió la proporción de los productos y servicios que se generan, cambió el estilo de vida y por lo tanto también deben cambiar nuestras perspectivas, expectativas y creencias. Quizás éste es el punto que nos hace más difícil el activarnos de nuevo, el seguir ejerciendo nuestras profesiones o el cambio de ellas, quizás el no hacernos conscientes de que nuestras creencias fueron muy útiles en el pasado, en el anterior estilo de vida, pero ya no nos sirven, ya no son útiles, por el contario nos limitan para dar rienda suelta a la creatividad y ser prósperos y productivos de nuevo y dentro de la pandemia.


Todo lo que nos está ocurriendo, hasta en lo económico y financiero, es una especie de duelo, estamos en negación, tenemos miedo, estamos desorientados, tenemos dolor, y todo eso es normal y válido, y también lo es vivirlo sin pelearnos con nosotros mismos; es el momento de cuestionar y revisar nuestras creencias para cambiarlas por aquellas que nos impulsen a vivir de nuevo en el bienestar, a tener un nuevo empleo, a tener un nuevo negocio, a tener un nuevo estilo de vida que nos permita sentirnos satisfechos de nuevo. La vida es como el péndulo de un reloj de pared, debe moverse constantemente entre los extremos para no pararse y morir, es el equilibrio dinámico del que hemos oído hablar, en este momento es movernos entre lo trágico de la pandemia y los recursos y oportunidades que no habíamos visto antes porque no lo habíamos necesitado.


Para quienes han perdido el trabajo, son

muchas las angustias que se le presentan: ¿Cómo compro comida? ¿Cómo alimento a mis hijos? ¿Cómo pago la renta o la hipoteca? ¿Cómo pago los servicios?; y para quienes aún están trabajando, viven la angustia de los compañeros que han sido despedidos y tienen la incógnita de si serán los próximos en perder su empleo.


Me atrevo a decir que no aceptar la realidad, no dejar fluir las emociones, ni siquiera ser conscientes de ellas en el presente, y no ser consciente de las creencias limitantes que arrastramos sobre el trabajo, el dinero y el merecimiento de tenerlo y de que somos capaces de generarlo fluidamente, tienen el mayor peso dentro de nuestra parálisis.

Muchos pensarán en este momento que se dice fácil, bueno si, se dice muy fácil, lo sé, y lo más importante es que no es imposible, se puede cambiar, aún en los peores momentos como éste. Aprovechemos esta urgencia y esta emergencia: estamos en aislamiento social, tengo menos horas, o ninguna, de trabajo, tengo una necesidad latente, etc.; y empecemos por aceptar lo ocurrido, no hay otra cosa diferente, estamos en pandemia y crisis económica, e inmediatamente empecemos a cuestionar todos nuestros pensamientos relacionados con el dinero y con el trabajo, pregúntate ¿y si lo hago diferente?¿y si no es como me lo han dicho?¿y si hago cosas que antes no me atrevía?¿qué puede ser lo peor? etc.

Revisemos todas nuestras habilidades, fortalezas, y todo aquello que siempre quisimos hacer y nunca iniciamos. Trae a la memoria todo lo que aprendiste sobre el dinero, los negocios y el trabajo, y cuestiónalo, aun y cuando te p

arezca absurdo el cuestionamiento, aparta los aprendizajes que ya no te sirven y retoma los más útiles para este momento y revisa que puedes hacer con lo que ahora tienes en tus manos, es tu nuevo reto.

Advertencia! Si no te mueves hacia lo que quieres y construyes ahora el logro de tu nuevo objetivo con lo que hay, el sistema te arrastrará de nuevo con cualquier otra pandemia. Recuerda siempre que no es posible no estar conectados, y esa conexión es con el mundo entero, lo acaba de hacer evidente el coronavirus; o tu empujas hacia la meta que quieres o los demás te arrastren al camino que ellos decidan.

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